¿Cuándo se deja el pañal?

Fotografía por: The milk Project
Fotografía por: The milk Project

Lo primero que vas a escuchar, o seguramente ya escuchaste de muchos papás es “dicen que si ya brinca con los dos pies al mismo tiempo ya puede dejar el pañal” (¿uh?) según esa teoría es porque ya pueden dominar el esfínter…ve tu a saber si sea verdad.

Vámonos por la lógica y no por los posibles mitos y realidades:

  1. Comunicarse. Si ya sabe hablar y sabe comunicarse, contigo y con todas las demás personas (no solo el idioma especial que tenemos las mamás con nuestros hijos que luego tenemos que traducirles a otros) ya puedes palomear el paso uno.
  2. Prepara el terreno. Cómprale un mini escusado de esos de super, de su personaje favorito (que seguro hay) e invital@ a que haga pipí ahi cuando vayas tu al baño. Puedes incluso empezar un ritual, y antes de bañarse empezar a invitarl@ a que haga pipí en su escusado. (si después de varios días o semanas, ves que empieza a dar resultado puedes seguir al siguiente paso)
  3. Diversifica el horario. Después de que veas que ya lleva tiempo familiarizado con hacer en la noche antes de bañarse en su escusado, empieza a llevarlo a cualquier otra hora del día. (todo esto sin dejar el pañal “normal”) para que se familiarice con que puede ir a cualquier hora a hacer pipí y no solo en la noche. Una vez pasando esta prueba, ya casi estamos del otro lado.
  4. Pull-ups. Lléval@ al súper contigo, enséñale que ahora ya va a usar “calzón de grande” para que pueda bajárselo y subírselo mas fácil y hacer siempre en su escusado. A su vez, pueden escoger el pequeño asiento que se pone en el escusado de nosotros y un banquito, para que ellos mismos sientan el avance. Y empieza a decirle que cada que tenga ganas de hacer pipí o popo te tiene que avisar y ir a hacer en su taza nueva de grande.
  5. Entrenamiento intensivo. Cada 40 minutos o cada hora, llévalo al baño y dile que es hora de hacer pipí, este entrenamiento tiene diferente duración en cada persona y depende del niño y de los papás, y se pide en la escuela apoyo también.
  6. Calzones. Una vez que ya aprendió a avisarte, o que ya no moja el pull-up, que ya se espera a que lo lleves o que te de la sorpresa como una vez me la dio Irune que solita fue a hacer pipí sin decirme nada, llegó la hora de ¡los calzones de verdad! Vayan juntos, hazla de emoción, que escoja los que le guste, cómprale un premio porque “ya creció” porque “no mojó su calzón”, motival@.

Cada papá/mamá te contará su experiencia, habrá quien te diga que es mejor ir directo al calzón, yo digo que cada quien te dirá lo que le resultó.
A mi me gustó más hacer esta transición poco a poco, sin prisa y así sin hacerla sentir mal mojándose a cada rato. Siento que es una forma más… “cariñosa” por decirlo de alguna manera de hacer este cambio tan grande para ellos, porque dejan el pañal y se convierten en niños.
Aún así, nada es perfecto, la primera semana que usó el calzón lo usó solo en la casa, y tres charcos tamaño laguna me toco limpiar…en la escuela no se ha mojado, y a veces cuando salimos a la calle aún le pongo pull-ups porque no se cuanto nos vamos a tardar sin un baño, pero si salimos a casa de alguien, ella va en calzón.
Seguimos en proceso, llevamos apenas 3 semanas…ya les platicaré cuando lo terminemos por completo.
En las noches sigue durmiendo con pañal, porque sigue durmiendo en cuna, y todavía no pienso quitarle la cuna ni los barrotes porque será el fin de mis noches sin visitas.

En fin, no hay prisa para dejar el pañal, los cambios lentos pero seguros me parecen una buena opción, porque Iru no ha sufrido, al contrario, está feliz sintiéndose “poquito grande-poquito chiquita” como dice ella.