En mi primer embarazo me aseguré de tener -todo- lo que un bebe y una mamá -necesitan- según las famosas listas que se pasan de mamás a mamás…y según yo y -la lista- lo tenía todo para mantener la nueva maternidad controlada.
Llegando del hospital, en el primer día en casa, pongo a Irune en su cuna para dormir y no lograba que se quedara ahi, lloraba y lloraba…en el día dormía perfecto en el bambineto de su carriola, pero en la noche al pasarla a la cuna dejaba de dormir, era como si -odiara- las noches…¿o su cuna que tanto busque?
Hasta que lo entendí, no era la noche, ni la cuna, ni las lunas…era que en su bambineto se sentía calientita, segura y apretadiza, tal como ella se sentía cuando estaba en la panza.
Así que lo que me faltaba a mi, y a la famosa lista, era un accesorio para poner adentro de la cuna, donde le permitiera sentirse igual.
Ahora con Elías, descubrí que existe un accesorio exclusivamente para eso, pensado, diseñado y probado, para hacer sentir a los bebes como en la panza de su mamá. Es el B·NEST, viene de la palabra NIDO en inglés.
Afortunadamente lo encontré a tiempo y en estos 2 meses que tiene Elias, nos ha resultado ser una maravilla. Lo pongo adentro de su cuna, lo llevo por toda la casa, incluso hasta en el comedor jaja, en todos lados mientras este en su B·NEST, él duerme de maravilla y yo…yo soy una mamá más feliz, las siestas y que tu bebé duerma bien…me hacen mejor mi día.
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